Foto: Rosa Copado
Tal y como os prometí en otro post (AQUÍ), hoy os hablo un poco más de esta experiencia que he tenido la oportunidad de vivir, el proyecto BlankCanvas. Como os comenté, la fotógrafa Rosa Copado pidió no saber qué diseñador le había tocado, ni cuáles serían los estilismos ni la puesta en escena. Además quiso trabajar el autorretrato y estar sola durante toda la sesión.
Ella transmitió a las chicas Blupaipai lo que le inspiraba el lienzo en blanco: la luz, el calor, los tonos claros, blanco sobre blanco... Hizo hincapié en que le gustaba que los diseños fueran en tonos claros. Así que yo llevé varios kimonos de la línea de novias en la que estaba trabajando (pensada para el momento en que la novia se maquilla y peina para el gran momento) y que encajan perfectamente en ese universo.
Sin embargo, a mí el lienzo en blanco me pedía hacer algo más espectacular, quería dar un paso más en lo que había hecho hasta ahora y lanzarme a crear un 'vestido-kimono'. A pesar de que ella no quería colores fuertes, yo la vi vestida de rojo (un color que me encanta, que destacaría sobre el gran lienzo blanco y que a ella le favorece). Y pidiéndole medidas en la distancia y sin poder hacerle ni una sola prueba hicimos el diseño.
Es un vestido con mangas de kimono y flecos de medio metro, con escote pronunciado y largo asimétrico. Partí del kimono tradicional abriendo el escote y optando por una falda con pliegues y asimétrica para obtener un diseño más sexy. La tradicional faja ancha que sujeta los kimonos en este caso se estrecha y se curva ligeramente en un lado, pudiendo colocar esa parte curva hacia arriba o hacia abajo y anudando el fajín donde se desee: delante, detrás o a un lado. Este vestido ha supuesto para mí un antes y un después, me hizo avanzar hacia un camino en el que encuentro muchísima inspiración y que me está llevando a realizar otros diseños más complejos. BlankCanvas me ha hecho crecer.
No hay que olvidar que se trataba de un juego y yo hice mi apuesta, me arriesgaba a que no le gustara, y si era así me tendría que aguantar... La dejamos que entrara sola a los estudios de La Mundial y pasado un rato fuimos a verla, a maquillarla y peinarla. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el primer kimono que se probó fue el rojo, le quedaba espectacular y yo estaba emocionada. Aquí os dejo fotos del making of:
Foto: Rosa Copado
Sin embargo, a mí el lienzo en blanco me pedía hacer algo más espectacular, quería dar un paso más en lo que había hecho hasta ahora y lanzarme a crear un 'vestido-kimono'. A pesar de que ella no quería colores fuertes, yo la vi vestida de rojo (un color que me encanta, que destacaría sobre el gran lienzo blanco y que a ella le favorece). Y pidiéndole medidas en la distancia y sin poder hacerle ni una sola prueba hicimos el diseño.
Es un vestido con mangas de kimono y flecos de medio metro, con escote pronunciado y largo asimétrico. Partí del kimono tradicional abriendo el escote y optando por una falda con pliegues y asimétrica para obtener un diseño más sexy. La tradicional faja ancha que sujeta los kimonos en este caso se estrecha y se curva ligeramente en un lado, pudiendo colocar esa parte curva hacia arriba o hacia abajo y anudando el fajín donde se desee: delante, detrás o a un lado. Este vestido ha supuesto para mí un antes y un después, me hizo avanzar hacia un camino en el que encuentro muchísima inspiración y que me está llevando a realizar otros diseños más complejos. BlankCanvas me ha hecho crecer.
No hay que olvidar que se trataba de un juego y yo hice mi apuesta, me arriesgaba a que no le gustara, y si era así me tendría que aguantar... La dejamos que entrara sola a los estudios de La Mundial y pasado un rato fuimos a verla, a maquillarla y peinarla. Cuál fue mi sorpresa cuando vi que el primer kimono que se probó fue el rojo, le quedaba espectacular y yo estaba emocionada. Aquí os dejo fotos del making of:
Por otro lado, estaba la puesta en escena de las chicas Blupaipai, que la describían así: "La habitación abandonada, entelada, los muebles tapados… La soledad en blanco. Blanco sobre blanco.
¿Un cielo, un manicomio, un espacio habitado por un alma errante?
Soledad, quietud, misterio, algo de exotismo que nos lleva a otros
países. Planteamos algo que al público le queda lejano puesto que no
sabemos del todo qué es lo que pasa ahí. Inventar una narrativa, un
cuentecito. Descuadramos la composición con algo fuera de lugar, al
estilo Dadá… con esto radicalizaríamos el misterio. Por ejemplo, subir
una o dos de las patas de la cama, de manera que su superficie quede
algo frontal, pero, a la vez, siga permitiendo sentarse o tumbarse. Eso
hace la foto más colosal. La luz entra por la ventana entreabierta y el
exterior es solo una sombra".
Y el resultado de todo este trabajo es el autorretrato y el clip de vídeo que os he enseñado al principio del post, además de esta bella secuencia de fotos:
Secuencia de fotos: Rosa Copado
Y así quedó en la sala de exposiciones. Por cierto, hoy es el último día para verla, así que aún estáis a tiempo (Centro Cultural Baños Árabes de Jaén):